lunes, 11 de abril de 2011

Opera y Zarsuela.





La palabra ópera significa obra de teatro y así el primer nombre del espectáculo de dicho género fue llamado opera in musica, es decir, obra de teatroLa palabra ópera significa obra de teatro y así el primer nombre del espectáculo de dicho género fue llamado opera in musica, es decir, obra de teatro con música. Podemos situar el nacimiento de la ópera poco antes de 1600, en Florencia, fruto de las reuniones que mantenían un grupo de intelectuales renacentistas que se autodenominaban Camerata Fiorentina.   con música. Podemos situar el nacimiento de la ópera poco antes de 1600, en Florencia, fruto ded la relaciones que mantenian un grupo de intelectuales renacentistas que se autodenominaban camerata fiorentina.



La primera obra, Dafne, fue escrita en 1597 por el poeta Ottavio Rinuccini  y musicada por Jacopo Peri (miembros de Camerata Fiorentina). Pero únicamente nos ha llegado el texto, no así la música. Más suerte encontramos en la siguiente ópera compuesta por los mismos autores con motivo de la boda de María de Medici con el rey de Francia. Esta ópera, Eurídice, se representó con la máxima solemnidad, imprimiéndose la partitura, de ahí que se haya conservado hasta nuestros días. 



En 1606, con motivo del casamiento de su hijo, los duques de Mantua pidieron a su músico residente, Claudio Monteverdi, que escribiera una opera in musica. La favola d’Orfeo, que fue como se llamó la ópera, es considerada por muchos como la primera ópera de la historia puesto que supera la simple música de apoyo de las óperas de Peri para integrar música y texto de manera expresiva, consiguiendo que la música explicara por si misma también el drama e, incluso, cosas que el mismo texto no dice. Esa pretensión de expresividad musical le lleva a disponer de una orquesta de cuarenta y tres músicos frente a los cinco o seis de Peri.

A partir de aqui la Opera comienza a popularizarse en Roma principalmente en Venecia (donde en 1651 ya había cinco teatros que ofrecían óperas) debido a que en esta república no había Inquisición. Los empresarios de los teatros deben satisfacer al público que paga y ya no únicamente a los nobles por lo que se imponen, junto a los héroes mitológicos, príncipes y reyes, los personajes cómicos que hagan reír a los espectadores. Al mismo tiempo cada vez se da más importancia al canto recargado, tan difícil y espectacular como sea posible. En cuanto a las cuestiones musicales, desaparece el coro y se reduce considerablemente el número de músicos de la orquesta. Los recursos económicos se invierten en los cantantes. Y aquí aparecen los primeros divos de la historia: los castrati (adulto que podía cantar notas muy agudas pues conservaba la voz de niño al haberle sido impedido desarrollarse) quienes impusieron sus caprichos hasta la reforma de Scarlatti quien, a principios del siglo XVIII, introdujo el aria da capo que solo permitía el lucimiento caprichoso e individualista de los artistas en el último fragmento.

A finales del siglo XVll desaparecen los personajes comicos de las óperas pues los libretistas (los que redactaban la parte escrita, no musical, de las óperas) no los consideran adecuados. Sin embargo, para no perder el interés del público se introducen escenas cómicas en los entreactos. Estas obras, en las que intervenían principalmente bajos y barítonos, dieron lugar a la “ópera bufa” o cómica.  

En alemania ya en siglo XX  e desarrolla la corriente expresionista que busca romper con la tradición musical hasta el momento y sustituir la ley de la tonalidad vigente. Esta atonalidad comienza con algunas óperas de Richard Strauss (Elektra) y continua con el sistema dodecatónico de Schönberg (basado en el cambio de una escala de siete notas a una de doce) y su discípulo Berg.   

Fuente: http://www.malonda.eu/opera/historia_de_la_pera.html 



Zarzuela 
La zarzuela es el drama lírico genuinamente español y mucho tiempo fue considerado inferior respecto a la ópera italiana. Peña y Goñi (1885) niega la existencia de una ópera española. Según Cotarelo la zarzuela es un género dramático y lírico completo, "tanto como la ópera y sin limitación alguna; pero diferente de ella, porque tiene una gran parte no cantada ni recitada semimusicalmente sino declamada en tono llano y natural y en el cual, así la poesía como la prosa poética españolas, muestran en las mejores condiciones y en los mejores momentos su belleza".
Fue a partir de 1830 cuando, con es restrablecimiento de la monarquía y la apertura del nuevo Conservatorio de María Cristina, se generaron una serie de factores que permitieron la restauración de la nueva zarzuela decimonónica; una zarzuela que aunque desarrollaba ideas musicales de clara influencia italiana y utilizaba tipologías formales de opereta francesa, junto al mantenimiento del sabor popular e hispano de la tonadilla y en general las formas del denominado "teatro pobre", ese teatro mesocrático y popular del siglo XVIII en el que seguían viviendo los polos, tiranas, seguidillas, canciones andaluzas, cachuchas, fandangos y boleros, que continuaban amenizando la vida española, no cesaron de publicarse a modo de antologías para ser interpretadas en los salones burgueses.


También pervivían elementos humorísticos, los tipos de la vida diaria, instroducidos ahora dentro de un sistema formal, que confieren a la obra una unidad de estilo y una mayor coherencia dramática. Desde 1830 se dio un lento pero continuo trabajo de búsqueda de un estilo y formas propias que se incrementaron a partir de 1840, momento en que la zarzuela encontró una forma dramática que transformó su esencia a través de una serie de obras que pretendían instaurar el género lírico, y adaptar el nuevo lenguaje a las exigencias del público.

Los protagonistas de este cambio fueron Manuel García, Ramón Carnicer, Pedro Pérez Albéniz, Baltasar Saldoni, Basilio Basili, Mariano Soriano Fuertes y Cristóbal Oudrid. Se estrenaron obras como Los enredos de un curioso de Carnicer, Albéniz, Saldoni y Piermarini, El novio y el concierto, 1839, y El ventorrillo de Crepo ambas de Basilio Basili, 1841; La zarzuela interrumpida o Lo que fuere sonará de Saldoni y Carnicer, 1841; y numerosos ejemplos más.

Todas fueron el embrión de lo que a partir de 1849 fue la zarzuela restaurada que se inició con el estreno de dos obras, Colegialas y soldados y El duende, ambas de Rafael Hernando, con libretos de Mariano Pina y Luis de Olona, respectivamente.


Estas dos obras eran el resultado de todos los inventos anteriores, y dieron forma a una zarzuela nueva en lengua castellana, en dos actos, que contaba con unos cinco números musicales en cada uno, alternados con diálogos hablados.
En los primeros años del siglo XX, se componen obras de mayor calidad musical como "Doña Francisquita" de Amadeo Vives o, un poco antes Gigantes y Cabezudos) 1898", del maestro Fernández Caballero que supo ganarse muy bien a la crítica componiendo una obra muy del "gusto popular".



 La zarzuela se va manteniendo con estas producciones que, a veces, se ajustan a la estructura musical de una ópera italiana, gracias a autores de la talla de Francisco Alonso, José Padilla, Pablo Sorozábal, Federico Moreno Torroba, Rafael Calleja y Jacinto Guerrero. La guerra española abre un paréntesis y en la posguerra, la decadencia es casi total. No existen apenas nuevos autores para este género y no se renuevan las obras. Por otro lado, la zarzuela existente es difícil y costosa de representar y sólo aparece esporádicamente, por temporadas, durante unos pocos días o semanas.

En estos primeros años del siglo se empieza a dar el apelativo de género ínfimo a las representaciones conocidas como revistas. Son obras musicales con una conexión de ideas parecida al de la zarzuela pero más ligeras y atrevidas, con números escénicos que, en la época, se calificaron de «verdes», es decir, pícaros, de temas sexuales y con letras de doble intención, en casi todas hay "cuplés". Una de estas obras fue La Corte de Faraón, basada en la opereta francesa Madame Putiphar. La música se hizo tan popular que algunos de sus números acabaron siendo verdaderos cuplés difundidos por el público.



¿Diferencias?

Entre la zarzuela y la ópera existen diferencias. La zarzuela es típicamente española, y no se ha extendido fuera de nuestras fronteras, a excepción de hispanoamérica. Ha conseguido resistir la influencia operística italiana y vienesa. La ópera es totalmente cantada, mientras que en la zarzuela se alternan escenas cantadas con pasajes hablados. Pero, la causa que impidió a la zarzuela traspasar fronteras fueron los temas locales y el folklore popular. Así mismo, la zarzuela asimila cantos y danzas populares que el pueblo asimila como suyo; la zarzuela tiene caracter popular, es asequible a las clases bajas, esto ha provocado el desprecio de muchos. 

Exponentes

Opera

Enrico Carusso(1873-1921)

Giuseppe di Stefano (1921- ) 


Alfredo Kraus (1927-1999) 


Placido Domingo (1941-)


José Carreras (1946- )  


Zarzuela

Luis Cansino


 Gonzalo Roig
  

Ernesto Lecuona 


Rodrigo Pratz 





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